Are the stars, the only thing that we share now
Are my hands, all the time looking for you
What can I tell them for make them calm?
Where can I look, for don't see black?
Are my eyes feeling alone
Is my bed too big for me
Can we take a minute to interpret?
to tell your body don't disappear?
Are our souls, making a dream
Is my voice running away finding your love
It's the time to say welcome new things?
It's our story or just a delusion sleep?
miércoles, 12 de junio de 2013
lunes, 3 de junio de 2013
UN PEDACITO DE ÁFRICA EN MÉXICO
A lo largo de 400 kilómetros de la Costa Chica, entre Guerrero y Oaxaca en México se albergan aproximadamente 50 mil mexicanos de ascendencia africana, antiguos esclavos, que viven en pequeñas y lejanas comunidades marginadas social, económica y geográficamente.
Su actividad principal es la pesca, la cual pueden realizar durante los 4 meses de lluvia al año. Esto les representa un ingreso promedio de 314 pesos al mes per cápita. Este nivel de ingreso se traduce en condiciones de pobreza extrema como la falta de piso firme, drenaje y agua potable.
Los afro-mexicanos que habitan en la Costa Chica han buscado alternativas que les permitan tener el guante listo para darle un izquierdazo a la pobreza, las manualidades y artesanía han sido la guardia que han tenido frente a poderoso enemigo: el desamparo del estado mexicano.
Hacia Corralero, una camioneta pick-up es ideal para abordar el camino de piedras y terreno lodoso.
Una de las rutas más difíciles en el país. Así como en Chihuahua, llegar a lugares en la sierra Tarahumara como Basíhuare, Corralero es inalcanzable para quienes desean por vacaciones, un hotel 5 estrellas en Acapulco, Puerto Vallarta o Cancún, porque en Corralero, no hay hoteles.
12 Horas de camino desde la ciudad de México. Las 5 primeras horas en la casi perfecta carretera que va para Acapulco. El umbral de perfección establecido desde la óptica de la comunidad afromexicana, no de los visitantes a este paraíso mexicano: el Acapulco de las películas de Mauricio Garcés que vienen cada dos meses y se quejan, critican y juzgan durante todo el camino, por un deslave, una desviación de cinco minutos, un pequeño bache o un accidente.
Luego, continuar en la desviación hacia Pinotepa Nacional, otras cuatro horas. Al llegar allá un camino pequeño de una hora más hasta donde inicia la ausencia de pavimento y así por dos horas aproximadamente.
Luego del levantamiento de Yanga en Veracruz en 1609 llegaron cimarrones a la Costa Chica. Huían de las insurrecciones que estaban ocurriendo y buscaron refugiarse en los lugares más alejados. Y aún hasta ahora es difícil llegar allá y a algunos edenes aledaños como son Jamiltepec, Pinotepa de Don Luis, San Juan Cacahuatepec, Putla de Guerrero y Cuajinicuilapam, paraísos inalcanzables porque el asfalto siempre ha quedado en promesas.
La abundante riqueza cultural, gastronómica y geográfica que se desconoce de aquella zona del municipio de Pinotepa Nacional existe en el país, aunque lo ignoremos.
Aquí una muestra, ensayo fotográfico de aquel empíreo espacio virgen, en México.
Su actividad principal es la pesca, la cual pueden realizar durante los 4 meses de lluvia al año. Esto les representa un ingreso promedio de 314 pesos al mes per cápita. Este nivel de ingreso se traduce en condiciones de pobreza extrema como la falta de piso firme, drenaje y agua potable.
Los afro-mexicanos que habitan en la Costa Chica han buscado alternativas que les permitan tener el guante listo para darle un izquierdazo a la pobreza, las manualidades y artesanía han sido la guardia que han tenido frente a poderoso enemigo: el desamparo del estado mexicano.
Hacia Corralero, una camioneta pick-up es ideal para abordar el camino de piedras y terreno lodoso.
Una de las rutas más difíciles en el país. Así como en Chihuahua, llegar a lugares en la sierra Tarahumara como Basíhuare, Corralero es inalcanzable para quienes desean por vacaciones, un hotel 5 estrellas en Acapulco, Puerto Vallarta o Cancún, porque en Corralero, no hay hoteles.
12 Horas de camino desde la ciudad de México. Las 5 primeras horas en la casi perfecta carretera que va para Acapulco. El umbral de perfección establecido desde la óptica de la comunidad afromexicana, no de los visitantes a este paraíso mexicano: el Acapulco de las películas de Mauricio Garcés que vienen cada dos meses y se quejan, critican y juzgan durante todo el camino, por un deslave, una desviación de cinco minutos, un pequeño bache o un accidente.
Luego, continuar en la desviación hacia Pinotepa Nacional, otras cuatro horas. Al llegar allá un camino pequeño de una hora más hasta donde inicia la ausencia de pavimento y así por dos horas aproximadamente.
Luego del levantamiento de Yanga en Veracruz en 1609 llegaron cimarrones a la Costa Chica. Huían de las insurrecciones que estaban ocurriendo y buscaron refugiarse en los lugares más alejados. Y aún hasta ahora es difícil llegar allá y a algunos edenes aledaños como son Jamiltepec, Pinotepa de Don Luis, San Juan Cacahuatepec, Putla de Guerrero y Cuajinicuilapam, paraísos inalcanzables porque el asfalto siempre ha quedado en promesas.
La abundante riqueza cultural, gastronómica y geográfica que se desconoce de aquella zona del municipio de Pinotepa Nacional existe en el país, aunque lo ignoremos.
Aquí una muestra, ensayo fotográfico de aquel empíreo espacio virgen, en México.
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