En algún lugar llamado centroamérica
COSTA RICA, COSTA NICA, COSTA RISUEÑA
Publicado en: Replicante
(http://revistareplicante.com/costa-rica-costa-nica-costa-risuena/)
Novienbre 2012
Surya Lecona Moctezuma
- ¡Oye güila, pásate para acá!
Fue el primer comentario que me
sorprendió en Costa Rica. Se lo escuché a una madre decir a su hija en el
autobús. Y es que después de eso; que los amigos me dijeran güila pendeja, ya no era raro ni
ofensivo.
En los precarios o zonas
marginales es muy común escuchar la palabra güila
para referirse a una muchacha y pendejo
o pendeja se le atribuye a alguien
quejumbroso, llorón o miedoso.
Las mujeres de Costa Rica, así
como las mexicanas, también padecen el machismo. Heredia es una ciudad de la
zona centro del país, sus mujeres son el orgullo que destacan los ticos, casi
tan cercano a Guadalajara y sus mujeres tapatías. Los ticos Heredianos en el fútbol, son apasionados como los inchas de las Chivas.
Fuera del estadio
de Heredia un policía recomienda:
-
Puede conseguir entradas con los vendedores externos que están ahí, en todos lados. Sugiere. Nunca en las taquillas.
Y no es sólo
la ambición de los revendedores por doblar o triplicar ganancias, de la mano de
una cínica invitación del aparato de corrupción policiaca como sucede en México.
En este caso es distinto.
– Entonces, ¿Heredia juega el domingo?
– Bueno, sólo si pagan la luz. Impotente se queja la cocinera del bar Casa Azul en Heredia.
Los jugadores
heredianos, llevan dos meses sin recibir su salario, el resultado de la venta
de los boletos es para sustentar un poco los ausentes ingresos. El club se
encuentra en estado crítico. Según La Nación, periódico local, el mismo día que
los heredianos supieron que eran el mejor club de Centroamérica en seguimiento
al ranking que realiza la Federación Internacional de Historia y
Estadística del Futbol, esa misma tarde les cerraron el estadio Eladio
Rosabal por deudas con la Caja de Seguro Social, atraso del pago de la póliza
de riesgos de trabajo y con la Empresa de Servicios Públicos de Heredia.
Los heredianos
aficionados que se presentaron al partido contra el Saprisa el pasado 13 de
octubre, bramaban insultos hacia el dueño del equipo y hacia Vergara también. ¿Vergara?
¡Sí, el mismo de las Chivas! Y es que hasta hace un año Jorge Carlos Vergara
Madrigal fue el dueño del equipo Saprisa y es evidente la rivalidad futbolera,
el recelo y el resentimiento contra el futbol mexicano por parte de los
pamboleros costarrisibles diría
Carlos Cortés en sus novelas o costarrisueños
que acuña en alegoría Pablo Pérez-Cano periodista mexicano.
El futbol va a
todos lados. León XIII es un precario o colonia marginal caracterizado por la
violencia y delincuencia, donde también los jóvenes son pamboleros y juegan a la mejenga
o futbol calle, mientras otros fabrican sus armas caseras o chizas. Es característico el corte de
cabello de mohicano, los tatuajes y
los piercings.
En común con
México, también está presente el tema de la migración. La migración
nicaragüense, colombiana y dominicana en Costa Rica, se ve sobre todo en estas
zonas precarias. La mayoría de los
migrantes son nicas de Nicaragua y la
discriminación y la xenofobia están presentes en todo el país. El orgullo tico es quizá la consecuencia de que en
la historia la convivencia de etnias fue escasa. La población indígena es casi
nula, sólo el uno por ciento, al igual que chinos, y otras razas, luego el 3
por ciento de población negra y 94 por ciento de blancos y mestizos.
En situación
de calle puede encontrarse el fenómeno de la aldea global de Hitler, muchas
nacionalidades comparten las banquetas. Y a pesar de que la causa es
multifactorial, de amplia relevancia es el salario mínimo, el poder adquisitivo
y el costo de la renta para una vivienda. Actualmente el salario en promedio
que recibe una empleada doméstica es de 250 dólares, la renta de un cuarto
puede encontrarse en 150 dólares. Pero el poder adquisitivo deshace por
completo esa armonía.
- Vaya a pedirle a San Pedro o a su abuela que lo acojan. Aquí no queremos más indigentes.
Desgañita un policía de la Fuerza Pública de mirada fascista, golpeando un local de metal, dirigiéndose a doña Virginia Araya y a su hijo Álvaro Fuentes que descansan cubriendo su salud del frío con cartones.
Llegaron de
Alajuela para ir al hospital a que atendieran a Virginia un padecimiento en
las piernas llamado flebitis, que la mantiene en silla de ruedas a sus 65 años. Sus
manos tiemblan y en su piel fría se siente el nerviosismo que expresa su voz
cortada. Trata de explicar que querían descansar, cuando la golpearon en la
cabeza. Un guardia del banco en la calle central les dijo que no podían
quedarse en ese techo luego de que con el tolete golpeó sobre el cartón. Y por
eso se movieron de banqueta con sus hogares improvisados.
Virginia Araya Noviembre 2012 |
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