Surya Lecona
Mis primos más pequeños responderían con un: -¡Sí por favor, jubílenla!
García Márquez quizá también lo apruebe, como dijo en su discurso Botella al mar para el dios de las palabras en México en el Congreso de la Lengua Española 1997:
- Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?.
Pero yendo a contra corriente de niños, jóvenes o ancianos que lo añoran; por la utilidad inminente de reglas, y dándoles la razón también; aceptando necesarios neologismos. Estas fotografías tomadas en México, o Méjico, hablarán por todos. La necesidad es puntual y la crítica también. ¿a qué le vamos más?
Si leyésemos todo el tiempo este manjar de pifias y erratas, nuestra memoria fotográfica se luciría en nuestros textos. Imagínense nomás algo así:
Por ahí en el facebook leí en el muro de mi amigo Rocko López, una frase que copio textual:
La mala ortografía es una enfermedad de transmisión textual... ¡Protégete!
Por eso; ¡Cuidemos lo que leemos!
Y usted, lector, ¿qué senderos han recorrido sus ojos estos siete meses que van del año?
...Aquí otro tipo de errores, redundancias o peor tantito.
Pero señores, no perdamos la paciencia, ni el humor.
Saudade de aquel instante donde la cámara motivada por la sonrisa graBó la luz!
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